Agencia de Noticias UPB - Medellín. Cada año, según la OMS, nacen alrededor de 15 millones de bebés prematuros, por esta razón, el 17 de noviembre se celebra y sensibiliza a la sociedad sobre las necesidades de esta población. En el marco de la conmemoración del día mundial del bebé prematuro, expertos de la Universidad Pontificia Bolivariana comparten sus conocimientos sobre los cuidados esenciales que estos pequeños necesitan en sus primeros días de vida, resaltando la importancia de un apoyo constante y especializado para promover su salud y desarrollo.
Juliana Cadavid Jiménez, enfermera profesional y docente de la Facultad de Enfermería de la UPB, define a un bebé prematuro como aquel que nace antes de la semana 37 de gestación, lo que implica una inmadurez en todos sus órganos y sistemas. Esto hace que muchos de estos pequeños necesiten cuidados en unidades especializadas que puedan ofrecerles el monitoreo y el tratamiento adecuado para estabilizar su salud.
Katherine Uribe Fernández, enfermera profesional y docente del área de pediatría de la Facultad de Enfermería de la UPB, explica que los cuidados específicos para un bebé prematuro comienzan intrahospitalariamente, con un enfoque en la neuroprotección, que se define como un conjunto de terapias que buscan prevenir, retrasar o revertir la muerte celular en el cerebro.
El calostro orofaríngeo es una técnica que consiste en administrar la primera leche producida por el pecho a un recién nacido en la mucosa oral. Katherine Uribe añade que la técnica “es esencial para fortalecer el sistema inmune del bebé, así como el método canguro, un contacto piel a piel, que es introducido cuando el bebé ha alcanzado estabilidad hemodinámica y respiratoria”.
Juliana Cadavid también subraya la importancia del plan canguro, que es obligatorio para todos los bebés nacidos antes de la semana 37 o con un peso menor a 2,500 gramos. Este programa de seguimiento permite detectar a tiempo cualquier problema de salud y monitorear aspectos como el crecimiento y la lactancia.
“Este es uno de los derechos de los bebés prematuros y es crucial para mejorar su calidad de vida”, enfatiza Cadavid.
Una vez en casa, los padres deben estar atentos a las señales de alerta. Katherine Uribe enfatiza que se debe vigilar el color de la piel del bebé, su respiración y su alimentación. "Cuidar que no se ponga amarillo, pálido o morado, que no respire rápidamente, ni que se le hundan las costillas al respirar”, son algunos de los puntos claves.
Por otro lado, el nacimiento prematuro conlleva retos a nivel cognitivo y emocional. La enfermera Katherine Uribe explica que, al crecer, estos bebés necesitan un ambiente que apoye su neurodesarrollo. “El cerebro de un prematuro debe terminar de formarse en un entorno que, de ser inadecuado, puede afectar a corto y largo plazo sus habilidades de aprendizaje, coordinación y lenguaje", añade.
El día del bebé prematuro invita a celebrar la vida y resiliencia de estos niños y nos recuerda la responsabilidad compartida de todos los que participan en su atención, tanto en el hospital como en el hogar, para asegurar que tengan un desarrollo pleno y saludable.
Por Evelin Flórez Valencia y Karolyn González Salgado
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