Agencia de Noticias UPB - Medellín. En un mundo mediado por la simpleza de lo cotidiano, salirse del molde es visto con extrañeza. En medio de las normas que rigen a la sociedad con patrones y modelos a seguir, resulta excepcional aquellos que, en medio del autodescubrimiento y reconocimiento de sus diferencias, deciden aventurarse por sus sueños y pasiones.
Desde que en 1943 se habla por primera vez de autismo como cuadro clínico, en los discursos científicos y los diagnósticos han catalogado al autismo entre los trastornos del neurodesarrollo. No obstante, el docente de la Facultad de Psicología de la UPB, Andrés Amariles, explica que un trastorno hace referencia a encontrarse desviado; es por ello que la comunidad autista hace un llamado para pensar el autismo como una variación del ser humano, entre las múltiples variaciones que habitan en el mundo.
La variación del modo de vivir de los sujetos autistas se da en tres dimensiones: el lenguaje, orientado por la literalidad; los lazos sociales y el interés por objetos o temas en particular. Así, a partir de sus propias experiencias, adquieren recursos que les permiten tener una relación más tranquila con el mundo y desarrollar una forma única de aprender, existir y resolver conflictos.
"Los sujetos autistas, a partir de sus variaciones subjetivas y de funcionamiento cerebral, tienen una forma bien diferenciada de desarrollar la cognición, que no significa que sea una forma errada, enferma o patológica, sino que es una forma diferente, una forma más orientada al detalle y estímulos que para los sujetos típicos o comunes, a veces pueden pasar desapercibidas", agrega Amariles.
Existe entre la comunidad autista una profunda relación con el saber, el aprendizaje y la investigación por temas que, particularmente en ellos, generan gran fascinación. En este camino por el conocimiento, aunque las formas que han desarrollado en el transcurso de su vida para aprender exitosamente se hayan visto truncadas por el sistema tradicional de enseñanza escolar, la vida universitaria puede ser más amigable, flexible e inclusiva.
El encuentro de autistas con la universidad dio paso para comprender la educación desde otro punto de vista y dar evidencia de que, entre las distintas formas de aprender, no hay una forma única de educar.
El docente de la Facultad de Psicología menciona que las personas con discapacidades en general y la diversidad humana demuestran que la forma en la que se ha construido la educación ha sido muy hegemónica y normalizadora, con formas únicas, repetidas y deseables de aprender, cuando cada vez hay más diferencias y variaciones.
"Es una tarea urgente para quienes estamos en contextos universitarios educativos empezar a pensar qué tipo de apuesta nosotros estamos generando para dar lugar a quienes ya habitan nuestros salones", expresó Andrés.
En la Universidad Pontificia Bolivariana se gestan proyectos que buscan replantear la educación y el aprendizaje con el fin de hacer del entorno universitario un lugar más inclusivo, donde todas las diferencias sean bien recibidas y no excluidas.
Su trabajo les ha permitido que psicólogos de colegios y la ciudad se integren a este proyecto en pro de la inclusión en entornos académicos. Cruz Elena Vergara, Laura Isaza y Andrés Amáriles, como docentes que acompañan el semillero Peskisa, son ahora un referente en educación inclusiva en la ciudad, acompañando diversas instituciones que buscan fortalecer la inclusión en sus aulas de clase.
"En el semillero hemos hecho muchas cosas que han sido muy fructíferas para mí, como visitar otras instituciones para conocer autistas en distintos espacios y aspectos de la vida, participar de foros académicos y encuentros de semilleros”, afirmó Sofía.
A través de un proceso de caracterización psicosocial, Bienestar Institucional identifica a los estudiantes que tienen una condición específica, ya sea a nivel cognitivo o discapacidades motrices. Así, la Universidad reconoce a los estudiantes autistas e inicia un proceso psicológico para definir el tipo de apoyo que requiere el alumno según el grado de autismo que posea. De esta manera, se encargan de garantizar espacios inclusivos, herramientas para el desarrollo social, educativo y personal en la Universidad.
Una de las estrategias por facilitar el proceso de adaptación e inclusión de los autistas en la Universidad aborda un acompañamiento para los estudiantes autistas realizado por un psicólogo egresado de la UPB, diagnosticado con autismo. Esta mentoría posibilita que su proceso se abarque no solo desde la psicología, sino también desde la comprensión basada en la experiencia de Hugo Gómez, psicólogo de Bienestar Institucional de la Universidad.
Es por ello que, agradece el acompañamiento brindado en la UPB y se siente orgulloso de poder retribuir aquel apoyo mediante asesorías psicológicas a estudiantes que, como él, viven una experiencia siendo autistas en la Universidad. “Este era el trabajo con el que me visualizaba al graduarme, porque siempre he querido ayudar a muchas personas con mi carrera de la misma manera como los profesores me ayudaron a mí cuando era estudiante”, afirmó Hugo Gómez.
Para el Semillero de Investigación Peskisa ha sido imprescindible contar con la participación de estudiantes autistas, pues, de esta manera, han enriquecido sus investigaciones basándose en la experiencia más que en diagnósticos y teorías, así mismo, es una forma de poder hacer partícipes a los autistas de los espacios académicos que brinda la Universidad, en donde, a su vez, fomentan la socialización.
El diagnóstico tardío de Edda como autista, le permitió comprender por qué cuando pequeña solía ser la “rara” del salón o cuando las maestras manifestaban que, a pesar de su inteligencia, era muy solitaria. Así fue transcurriendo su vida, no solo sintiéndose incomprendida por los demás, sino por sí misma.
Pero esto no ha sido un impedimento para disfrutar de su formación como comunicadora, que le ha dejado tantos aprendizajes y logros. Así mismo, encontró espacios en la Universidad en los que tuviera voz mientras que iba auto descubriéndose como autista.
Después de haber pasado por distintos semilleros de psicología, ya que siempre le han llamado la atención las investigaciones orientadas en la salud mental, se encontró con el Semillero de Investigación Peskisa.
Edda asegura que este espacio le ha permitido compartir su visión y experiencia como autista en la Universidad siendo respetada y no juzgada. “Me ha parecido un espacio bastante bueno e interesante para profundizar en temas de salud mental y en específico de autismo. Ha sido genial tener un espacio en la Universidad donde se habla de autismo como una forma diferente de ver el mundo y no como una enfermedad o condición”, expresó Edda Newball.
El Semillero de Investigación Peskisa es la muestra de cómo desde la academia es posible trabajar por cambiar el mundo y que de espacios que parecen pequeños se logran grandes cosas. Más que promover la educación inclusiva, Peskisa ha logrado a través de la investigación, enseñanza y experiencias de vida desmentir concepciones erróneas alrededor del autismo.
Sin dejar de lado que han contribuido a la experiencia universitaria y profesional no solo de los estudiantes autistas que han hecho parte, sino también de los estudiantes de Psicología de la UPB que han construido bases profesionales sólidas sobre el autismo, pero también más humanas.
Por: Daniela Jaramillo Zurita - Agencia de Noticias UPB
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