La liturgia como la máxima expresión de la fe
Agencia de Noticias UPB - Medellín. La liturgia es considerada como un momento de salvación en el que Dios se revela, alcanza, atrapa y salva la humanidad. La liturgia toma importancia cuando el creyente, encaminado por la espiritualidad litúrgica, es guiado por el mensaje de la Palabra, vive la gracia de los sacramentos y genera desafíos existenciales desde las propuestas del año litúrgico, logrando encaminarse por una vida de esperanza en la construcción de un mundo más justo y solidario.
“No hay nada más comunitario que la liturgia, porque en ella se realiza perfectamente lo que la fe de la Iglesia llama la comunión de los santos. La acción litúrgica de la Iglesia rompe las barreras del espacio y se vive la dimensión eclesial. Más allá del número, lo que celebra la liturgia implica celebrar con la Iglesia toda y en nombre de ella”, explica el Pbro. Gabriel Jaime Gómez, docente de la Facultad de Teología de la UPB.
Para el Pbro. Juan David Muriel Mejía, docente de la Facultad de Teología de la UPB, la formación litúrgica a todo nivel debe llevar a una mejor participación y vivencia de los hechos de salvación. “En el contexto actual de este V Congreso es fundamental redescubrir la íntima relación entre Palabra y liturgia y en consecuencia comprender cuánta Biblia hay en la liturgia”.
Desde el Concilio Vaticano la liturgia es vista como el punto de partida de la renovación eclesial, ya que implica el ejercicio del sacerdocio en la iglesia por medio de signos y símbolos que se convierten en el puente de la gracia para los hombres y mujeres creyentes de la fe. Dado el valor que tiene la liturgia en la vida de los fieles, este espacio académico y de formación propicia abrir el panorama de la realidad pastoral y de las necesidades de una formación litúrgica que logre garantizar la identidad de la celebración de la fe.
De acuerdo con el Pbro. Juan David Muriel, la liturgia se convierte en un acto público donde todos los gestos deben ser significantes, fraternos y solidarios, y enfatiza en el valor de la universalidad y no la individualidad dentro de la celebración la fe. “Los mismos libros litúrgicos han sido un profundo esfuerzo de la gran espiritualidad eclesial, no individual. Las asambleas o los presidentes de asambleas que no se abran a la universalidad, sino que se cierren en un afán caprichoso de establecer abusos y normas individuales, se sustraen al hecho redentor universal de la cruz y del acontecimiento solidario de la fe y a sus efectos comunes y pedagógicos”.
Finalmente, el Pbro. Gabriel Jaime resalta la importancia de dicha formación en la vivencia intensa del Ministerio de Cristo y destaca que estos espacios sirven para entender la liturgia como el vehículo a través del cual el hombre es santificado por la acción permanente de Dios en la historia, ocasionando que la liturgia se convierta en un factor de toda la Iglesia y no solamente del sacerdote que la celebra. “Debe privilegiarse la participación y la unidad, de tal manera que no se vuelva una costumbre la soledad del presbítero presidente de las celebraciones en medio de la ausencia de la comunidad”.
Más información: V Congreso Internacional de Liturgia y Pastoral
Por Kelly Vanessa Picón Marín, Agencia de Noticias UPB.
