Agencia de Noticias UPB - Medellín. La coyuntura actual generada por el coronavirus empieza a incidir en el comportamiento de corto plazo de los agentes económicos. No obstante, la economía mundial venía presentando síntomas de desaceleración desde diferentes latitudes: Alemania, EEUU y China, dicho deterioro se agudizó con la transformación de la epidemia del coronavirus en pandemia.
Frente a este panorama de contracción de la demanda externa e interna, acompañada de un desplome en los precios del petróleo y de la incertidumbre de los mercados para financiar un latente creciente déficit fiscal, es necesario identificar algunos de los efectos sobre la economía colombiana y su base empresarial.
Un análisis del efecto a mediano plazo de la propagación sobre el Producto Interno Bruto (PIB), lo presenta ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras), que estima una reducción entre el 1,4 % y el 1,6 %, lo que quiere decir que al final del presente año se ubique entre el 1,8 % y el 2 %, una reducción considerable con respecto a la cifra del 2019 y al 3,4 % proyectado para el año 2020. De no controlarse la infección por la emergencia sanitaria, los efectos sobre la economía causarían una desaceleración con resultado negativo en el (PIB), indicó ANIF.
Sin embargo, para Iván Montoya Gómez, director de la Facultad de Economía de la Universidad Pontificia Bolivariana, “el escenario más realista es que la economía presentará crecimiento negativo, no solo a causa del aislamiento por el virus, que contrae fuertemente el consumo de los hogares, sino debido a las dificultades del gobierno para enfrentar el potencial deterioro del tejido empresarial y su consecuente aumento del desempleo, a causa de una prolongada crisis como lo ha planteado el prestigioso economista Eduardo Lora”.
De acuerdo con un reporte del DANE, el PIB en el 2019 se ubicó en un 3,3 % y se identificó que el sector que más aportó a dicho crecimiento fue el del comercio al por mayor y al por menor, así como la reparación de vehículos automotores y motocicletas, transporte, alojamiento y servicios de comida, que aportó un 0.9 %. Es posible que ese aporte se reduzca por ser dicho sector uno de los primeros afectados por las medidas del aislamiento social obligatorio decretado por el Gobierno Nacional.
Desde la mirada del empleo, cabe mencionar que según el DANE el 46,6 % de la población colombiana ejerce el trabajo informal, que acoge un grupo poblacional de cientos de trabajadores y vendedores informales, quienes se han viso afectados por la masiva cancelación de todo tipo de eventos al igual que actividades recreativas afectando el llamado “rebusque diario” como único generador de ingresos.
Aún no son claras las medidas oficiales para mitigar los impactos en la población que ejerce la informalidad, situación que se puede agravar si la cuarentena se prolonga después del 13 de abril, medida que no descartan Iván Duque, presidente de Colombia y Fernando Ruiz Gómez, ministro de salud.
Otro factor golpeado por la crisis que acoge al mundo, es la reducción de la demanda de los productos generados por las PyME, que reduce sus ingresos por ventas y compromete su delicada situación financiera. “Lo que hay que negociar es el horizonte de tiempo de cubrimiento de las medidas, pues todas ellas aplazan los compromisos financieros a futuro sin conocer el tiempo de duración de la emergencia”, añade el docente Fernando José.
Si bien es cierto que las crisis plantean una serie de retos al orden institucional, también son una oportunidad para innovar y redefinir lo establecido, e incluso para mejorar el capital reputacional de las organizaciones. Por lo tanto, es preciso que el gobierno acuda a instancias internacionales como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial) e incluso si es necesario, a emisión para su financiamiento de corto plazo. Por su parte, Eduardo Lora plantea que para enfrentar los brotes de desempleo las élites económicas deberán rodear al presidente para acordar una reforma integral de impuestos y seguridad social, en la cual se redefinan los impuestos, las exenciones a altos ingresos y sectores privilegiados, entre otras.
Desde el ámbito empresarial, las recomendaciones serían el aprovechamiento de las ventajas que ofrecen las plataformas digitales en la reestructuración de las actividades, y la diversificación de la cadena de suministros.
Finalmente, el que las medidas del Gobierno Nacional resulten efectivas en el corto plazo y alivien el futuro de mediano y largo plazo, en donde no solamente los afectados serán quienes ejercen el trabajo informal, sino que se hará extensiva a todos los estratos poblacionales por los efectos que tendrá sobre los indicadores económicos, dependerá del control efectivo del virus situación que se fundamenta, en el comportamiento ciudadano.
Por Kelly Vanessa Picón Marín, Agencia de Noticias UPB
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