Agencia de Noticias UPB – Medellín. El lenguaje de señas fue una de las primeras formas de comunicación implementadas por los seres humanos, quienes utilizaban su cuerpo como medio de expresión para poder sobrevivir. En la actualidad muchas personas siguen utilizando sus gestos y movimientos corporales para comunicarse, formando una comunidad global capaz de descifrar esos códigos corporales que aún les cuesta trabajo entender a cientos de personas.
La comunicación verbal no ha sido un limitante para el relacionamiento de la población con discapacidad auditiva, pues ellos se las han ingeniado para comunicarse a través de la expresión facial y el manejo de espacios en un lenguaje oficial caracterizado por las señas, a pesar de esto aún se les presentan diversos retos en la sociedad actual.
“Para mí el más importante es el de los imaginarios que se construyen las personas cuando se nos asigna esa etiqueta de la discapacidad, ese punto de vista en el que no podemos hacer o ejercer ciertas actividades o desarrollarnos en ciertos aspectos”, aseguró Anderson Valle Rua, estudiante de Ciencias Políticas de la UPB perteneciente a la población con discapacidad auditiva.
Anderson sueña con que algún día el lenguaje de señas se convierta en una forma de expresarse tan popular e importante como el inglés y el francés, incluso le gustaría que las universidades ofrecieran esta materia como una forma de generar inclusión y de facilitar esta comunicación no verbal.
“Es muy importante que en la educación de los niños desde primaria y bachillerato se incluya una materia de lengua de señas y que también en las universidades ofrezcan esta materia como una electiva; es de gran relevancia porque sabemos que en Colombia hay 69 lenguas diferentes y ahí está incluida la lengua de señas colombiana”, expresó Anderson Valle Rua.
Desde la constitución también se busca garantizar derechos de la población con discapacidad auditiva como: la igualdad, el acceso a la justicia, la libertad de desplazamiento, la independencia e inclusión comunitaria, la libertad de expresión, la movilidad personal, entre otros.
Por su parte, la Universidad Pontificia Bolivariana puso a disposición un taller virtual de cuatro días dictado por el estudiante Anderson Valle, para todas aquellas personas que quisieran aprender el lenguaje de señas. En los talleres se abordaron diversas temáticas como: la lengua y cultura de la población con discapacidad auditiva, visual vernácula, los saludos y el contexto en la Universidad.
“Las temáticas que desarrollamos se pensaron en forma de proceso, ya que es importante primero conocer de qué se trata la lengua de señas colombiana, en qué se basa, cómo se da desde la población con discapacidad auditiva y desde allí empezar su aprendizaje y sus prácticas”, expuso Luisa Fernanda Guisao, psicóloga de Bienestar Universitario.
El reconocimiento de otras comunidades y la aceptación de la diversidad son factores que han promovido la inclusión de este grupo de personas que tiene su propio lenguaje y que buscan compartirlo con los demás, proporcionando a quienes se interesan por este tipo de comunicación la oportunidad de adentrarse a una nueva cultura.
“Decidimos hacer el curso ya que desde la línea de fortalecimiento de capacidades diversas que existe en la universidad es importante sensibilizar sobre la inclusión, sobre la diferencia, sobre el reconocimiento de las diferentes formas de ser, de comunicarse y de reconocer las capacidades diversas que tenemos cada uno”, aseveró Luisa Fernanda Guisao.
La utilización de estrategias por arte de las universidades como la creación de piezas gráficas, videos y una sencilla guía para aprender a comunicarse a través de señas, facilitaría la adaptación de la población con discapacidad auditiva al contexto escolar.
“Por ejemplo, en los almacenes o en los diferentes servicios que se prestan en la universidad se puede hacer uso de esas herramientas sencillas para perder el miedo y aprender a comunicarnos en esta lengua. Esta transformación se ha empezado a dar desde la Facultad de Ciencias Políticas, pues mis compañeros al estar en constante contacto conmigo, hablando, molestando, haciendo chistes, dialogamos, conversamos común y corriente y hemos empezado a integrarnos”, concluyó Anderson Valle Rua.
Es importante que las personas tengan un conocimiento en el lenguaje de señas, pues este poco a poco va tomando fuerza en diferentes sectores como el laboral, el político y el sector salud, además el saber utilizar el lenguaje corporal es una manera de valorar y respetar a las personas que tienen diversas formas para expresarse.
Por Manuela Granda Guzmán, Agencia de Noticias UPB.
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