Agencia de Noticias UPB - Medellín. Las bases de la medicina moderna se remontan a la historia antes de Cristo, tiempo en el que civilizaciones como el Antiguo Egipto lograron grandes descubrimientos; ellos, a través de la observación, estudiaron la anatomía del cuerpo humano e identificaron algunas de las enfermedades que hoy en día son comunes.
Esta civilización da cuenta del establecimiento de un sistema médico que al mismo tiempo estaba ligado a sus creencias mitológicas. La recopilación de diferentes papiros permitió conocer sobre sus prácticas médicas y los estudios que ellos habían realizado sobre el cuerpo humano.
Elizabeth resaltó que en el papiro de Ebers se detallan más de 700 recetas y remedios medicinales naturales para tratar diferentes dolencias como artritis, mordeduras de animales, afecciones intestinales, dolores de cabeza, problemas en el embarazo, fracturas, quemaduras, entre otras, las cuales fueron tratadas con las propiedades de plantas como la Mirra, Incienso, Cardamomo, Eneldo, Tomillo e Hinojo.
“Por su parte el papiro de Berlín contiene el primer tratado obstétrico y pediátrico conocido, además de padecimientos como: almorranas, prolapso uterino, prurito, etc…, también habla acerca de pruebas de embarazo. Se conoce otro papiro médico llamado Edwin Smith, un tratado quirúrgico de heridas de guerra; se han encontrado en templos figuras talladas en bajo y alto relieve los instrumentos quirúrgicos utilizados en la antigüedad”, afirmó Elizabeth Noreña.
A través de la observación de la descomposición de cadáveres con muertes asociadas a accidentes laborales y heridas militares lograron nombrar diferentes huesos como: el cráneo, vertebra, costillas, mandíbula y la clavícula, aunque nunca conocieron la función de cada uno de ellos.
“Esta civilización se interesó mucho por la relación de los diferentes órganos, a través de sus prácticas descubrió que el hígado, el estómago, los intestinos y los pulmones eran indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo humano”, comentó Elizabeth Noreña.
En el Antiguo Egipto se asociaba la enfermedad con el ingreso al cuerpo de seres extraños, considerados demoniacos, razón por la cual los médicos solían rezar a las divinidades antes de empezar el proceso de sanación al enfermo.
Según Elizabeth en los papiros hay evidencia de la existencia de oculistas, dentistas e incluso se habla de una posible prótesis que reemplazaba el dedo gordo de un pie debido a lo que pudo haber sido el caso más antiguo de Polio.
Al igual que en la actualidad, el Antiguo Egipto debió enfrentar una pandemia denominada sepsis, la cual es considerada un estado tóxico infeccioso que se produce al entrar un microorganismo patógeno al torrente sanguíneo.
“No se hallan evidencias convincentes reportadas en las momias, sin embrago, hay descripciones que sugieren estas dolencias porque se habla de protuberancias llenas de pus en los papiros médicos. Según el egiptólogo Donald Redford, la viruela pudo haber sido otra infección del Antiguo Egipto, esto se pudo detectar al estudiar la piel de momias bien preservadas”, concluyó Elizabeth Noreña.
La docente ha creado una página denominada Egiptología Medellín, donde se puede conocer más a fondo sobre los orígenes, dioses y arquitectura de esta civilización, además de poder acceder a clases virtuales.
Por Manuela Granda, Agencia de Noticias UPB.
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