Relajación: un camino hacia el bienestar a través del mindfulness

14 ago. 2020 En: Más Bienestar
 
Relajación

Los seres humanos diariamente nos enfrentamos a diversas situaciones que activan niveles de estrés, los cuales pueden ser necesarios para dar respuesta a las demandas y retos en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos. La relajación se presenta como un estado en donde se disminuyen las tensiones y se produce un reposo físico y mental. Juliana Castrillón, profesora de yoga de Bienestar Universitario de la UPB, explica:

Estos estados se necesitan para vivir, ayudan a responder frente a ciertas situaciones, solo que al volverse crónico desequilibran nuestro organismo. Se vuelve crónico cuando no se hace una pausa para mirar hacia adentro y reconocer lo que nos está sucediendo”.

Además, mantener una rutina puede traer más beneficios para el cuerpo y la salud mental. Por ejemplo, un manejo más consciente a lo largo del día de otras emociones y cómo afrontarlas. 
La relajación es una herramienta que ayuda a llevar bienestar a nuestras vidas, para conectarnos con nosotros mismos, conocernos, autoafirmarnos y autorregularnos. Dentro de las diferentes técnicas de relajación que se pueden llevar a cabo se encuentra la atención plena, también llamada mindfulness.

¿Qué es el mindfulness?

Es una invitación a estar presente en cada momento de la vida, desde la consciencia. Estar centrados en el aquí y ahora, en lugar de enfocar la atención en el pasado o el futuro. Existen dos maneras de aplicar esta técnica, a través de la práctica formal y la informal.

La práctica formal es un camino para entrenar la mente, pues está todo el tiempo en movimiento, hablando, opinando, emitiendo juicios que conllevan la generación de emociones a través de actividades específicas. “El objetivo no es que esté en blanco, pero sí aquietarla y observarla”, indica Juliana Castrillón.
 
Mujer

Por su parte, la práctica informal está orientada a enfocar la consciencia plena en cualquier actividad rutinaria que se realice en la vida diaria, estableciendo una conexión con el entorno y reduciendo el estrés y la ansiedad que se producen en la vida cotidiana.

Recomendaciones para hacer una práctica de mindfulness formal

  1. Asignar un espacio: el lugar que escojas debe ser cómodo y tranquilo que permita sentarse, ya sea en el piso (sobre un cojín) o sobre una silla. 
  2. Definir un horario: asignar un horario constante cada día. Su duración puede ser desde los 5 minutos hasta lo que se desee.
  3. Evita distracciones: aparecen pensamientos, sensaciones, emociones. Aquí lo importante es darnos cuenta de que la atención se ha desviado.
  4. Muestra actitud: observar esa distracción sin pelear, con tranquilidad, volver a la intención, a la atención y continuar con el ciclo.
  5. Ser consciente: es fundamental que seas consciente de la postura, respiración, objeto y/o movimiento durante práctica, para que saques el mejor provecho de esta, a continuación resaltamos algunos aspectos a tener presentes:
  • Caminar conscientemente.
  • Hacer movimientos conscientes: soltura de articulaciones y estiramientos que permitan la relajación muscular.
  • En el momento de la práctica tener un objeto externo, como una vela encendida.
  • La respiración, que es la esencia de la vida.
  • El cuerpo y sus sensaciones: escanea, ya sea empezando desde los pies hasta la coronilla o al revés. Si se hace acostado sobre el piso, el cuerpo debe de estar suelto y tranquilo por completo.​

Estudia en la UPB: Maestría en Gestión Humana para Organizaciones Saludables

Recomendaciones para hacer una práctica de mindfulness informal

  1. Cuidar postura: atención plena en la postura corporal a lo largo del día. Al principio se recomienda poner un recordatorio en el celular cada tanto tiempo (30 minutos, 1 hora o 2 horas).
  2. Consciencia en actividades cotidianas: atención plena para comer, en la ducha, al lavarse los dientes, al realizar ejercicio físico, etc.
  3. Comunicación atenta: escucha activa y habla conscientes en todas las comunicaciones e interacciones que tengas.
  4. Momentos de descanso: hacer una pausa cada tanto tiempo y respirar.

Este tipo de prácticas estimulan el sistema parasimpático, por lo que se reduce la presión sanguínea, se relaja la tensión muscular y mejora la calidad del sueño.

Estas pausas activas ayudan a descansar y relajar nuestra mente, mejorar la memoria y facilitan estabilidad emocional. La meditación y la relajación son aliados para traer bienestar a nuestras vidas, independiente de la edad que tengamos.

Si quieres empezar a realizar esta práctica, en el siguiente video podrás ver un corto ejercicio que puedes aplicar para reducir el estrés: 

 

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