Las escuelas no son muros: oír la voz de quien aprende

13 feb. 2024 En: Divulgación Científica UPB
 
Medios escolares

Elías Canetti (Premio Nobel de Literatura, 1981) se preocupó por ver y oír. En sus libros escribe sobre la lengua que se suelta, los oídos que se iluminan y los ojos que juegan. Y en este mundo, en el que los sentidos no son estructuras, sino florecimientos, el mundo aparece constantemente desde las voces más elementales (las que se asombran con el agua, el aire, el fuego, la tierra y el espacio). Voces que provienen de los niños o de cuando él se volvía niño para tener más preguntas que respuestas. Así, en calidad de testigo oidor, de alguien que oye voces sin que le importe que las entienda o no, pues no es el significado de la palabra, sino la musicalidad la que la enriquece y el contexto en el que nombra, aparecen nuevos escenarios, otros caminos, más ventanas para ver la realidad y, aunque moleste, eso que no se quiere ver ni oír, pero que está ahí.

Y esto que pasa en el niño, que por su naturaleza es un aventurero y no necesita más que cerrar los ojos y comenzar a imaginar, puede ser orientado de manera positiva (o instrumental permisiva, si se quiere), no como imposición ni buscando un resultado que parezca más la opinión del profesor, sino a lo que el niño ha visto y entendido. El niño, como los aviones, necesita combustible y mantenimiento (educación. ejercicios); y ya en el aire (actuando como comunicador) permitirle que él sea el piloto que mira y sigue una ruta determinada con destino a sus intereses.

Educar se definió alguna vez como comunicar para llevar a alguien por un camino y que no se perdiera, indicándole lo que había y debía tener en cuenta  para que después lo recorriera solo. Y en esta educación, que antes era una conversación (un acto comunicativo) entre maestro y alumno (como lo propusieron Aristóteles, Maimónides, Comenio y Rousseau), lo del maestro pasaba a ser del alumno y este lo enriquecía con nuevas cosas: sus vivencias, sus preguntas, sus sueños y fantasías.

Ahora los métodos cambiaron, los formatos se han hecho más numerosos y el asunto de la base de datos nos ha introducido a todos en cuadritos y porcentajes, en los que saber quién es el otro solo es una cifra. Entonces, ¿qué sucede con los niños que educamos?, ¿sabemos quiénes son y cómo ven el mundo? O solo son meros datos dispuestos en hileras, listos a recibir órdenes y dar los resultados previstos. En otras palabras: seres robóticos con alguna autonomía.

 

 
Estudiantes de la Institución Educativa Villa Nelly

Una investigación y unos resultados

Investigar es seguir unas huellas (investigium, ir en busca de un vestigio). Y la investigación realizada por Juan Carlos Ceballos Sepúlveda (profesor de la  Facultad de Comunicación Social-Periodismo y doctor en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina) tuvo que ver con uno de los tópicos esenciales en la vida escolar: aprender a comunicar dando un mejor uso a las plataformas (revistas, periódicos, mureales, obras de teatro y emisoras) que tienen a su alcance los escolares, pero no para seguir solo los intereses de los profesores, sino de los mismos estudiantes. Es decir, sacar a la escuela de sus muros a partir de la vida cotidiana de sus alumnos: sus vivencias, sus apreciaciones, el mundo que los rodea y al que le hacen preguntas, y las comunica en los medios escolares. Ceballos descubre que, en el asunto de las prácticas convencionales de comunicación en los colegios y escuelas, el alumno cumple con una tarea (establecida por el profesor) en la que da

cuenta de lo asignado, pero que no se ajusta bien a sus intereses, a lo que él sabe y quiere manifestar en las plataformas que la escuela le provee. 

Así, la tesis de doctorado de este investigador sobre los medios escolares, la educación y la ciudadanía (que ya se aplica), propone salir de la mera instrumentalización (la tarea asignada) para fomentar más la creatividad, las formas expresivas en su cotidianidad y la manera de comunicar estos hechos, que dotan a la escuela misma de un conocimiento que mejora la educación. Es otra manera de acercar a los profesores y directivas sobre lo que los currículos no contienen: la vida de los alumnos.

En las pruebas hechas se descubrió que los profesores aprenden con los alumnos, que los medios de comunicación con los que ahora se cuenta se vuelven más funcionales y tienen más acogida por la comunidad escolar. Y esto sucede por la libertad que se les da de informar e interpretar, de llevar a la escuela o el colegio noticias o hechos del afuera que se apoyan en la escritura, el dibujo o la representación teatral. 

Cuatro ejes soportan esta propuesta metodológica: comunicación, educación, medios y ciudadanía.

Los resultados obtenidos con estas primeras pruebas, a las que ya se acogen varios colegios y escuelas, no solo mejoran el clima comunicacional, sino que impulsan la creación del carácter, promueven la palabra para reconocer las diferencias, permiten la creación de nuevos haceres e informan sobre la vida que los jóvenes quieren vivir, pues ya no solo están en un ambiente educativo, sino, también, en la ciudad que los alumnos ven y sienten.

De esta manera, en la reunión de comunicación y educación, se genera un asunto cultural en el que hay promoción del sujeto, producción de sentido y experiencias significativas para tener en cuenta en la formación individual y colectiva.

 

 

 

 
Infográfico sobre Medios Escolares UPB

 

 

 

La comunicación del otro

La validez de una verdad no es su exposición, sino sus resultados, dice la filosofía pragmática norteamericana. Y en este punto, la función del profesor Juan Carlos Ceballos Sepúlveda fue convertir en hechos lo que él construyó en su tesis de doctorado. Y así, al igual que Paulo Freire y Celestine Freinet, con la aplicación del modelo, provoca las palabras en los alumnos para que los profesores los oigan y puedan conseguir juntos su educación. Oír al otro es la primera forma de aprendizaje. Y en este punto, el otro es quien comienza a aprender y se expresa con plataformas de comunicación bien estructuradas y manejadas alegre y libremente. Uno de los propósitos de los medios escolares. Esta metodología tiene aplicación en contextos como colegios, universidades, cajas de compensación y empresas de comunicación, entre otros.

Medios Escolares hace parte del portafolio de tecnologías de la UPB, disponibles para ser transferidas.

La escuela no es un espacio cerrado. A ella llegan los que van a aprender, pero también los que tienen cosas aprendidas y se hacen preguntas sobre el entorno, la vida que tienen y su relación con los demás. Y si esto último se comunica, si quienes enseñan aprenden de los alumnos, el ambiente mejora, se hace más productivo en términos de comunicación, rendimiento en las tareas, puesta de ideas para el debate, conocimiento del otro, trabajo en equipo y humanidad que crece. Y este es el interés de la Universidad Pontificia Bolivariana: que siempre haya humanidad en crecimiento. De aquí sus investigadores, descubrimientos, aplicaciónes y la conformación de una ciudad más acogedora y acorde a los tiempos.

Nota: Oír al otro, saber del otro, entender y ser en el otro, es comunicación asertiva.

 

Ficha técnica
Proyecto: Metodología Medios Escolares
Palabras clave: Comunicación, educación, ciudadanía, medios de comunicación 
Grupo de investigación: Comunicación Urbana
Líder:  Juan Carlos Ceballos Sepúlveda
Correo: juan.ceballos@upb.edu.co

 

Este artículo fue publicado originalmente en el volumen 26 n°.1 de la Revista Universitas Científica. Lee aquí todos los artículos. 

 

*Fotos: archivo de Divulgación Científica y Comunicaciones de la Vicerrectoría de Investigación Multicampus de la UPB. 

 

 
José Guillermo Ánjel Rendó
Por:
José Guillermo Ángel Rendón
Doctor en Filosofía
Centro de Humanidades
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